Por: Ricardo Gaviño Cárdenas
Una vez más los jóvenes damos de qué hablar. Un manotazo en la mesa para que nos volteen a ver y ahora sí, nos tomen enserio. El sector más amplio en términos demográficos ha robado los reflectores de todos los medios el día de ayer en Estados Unidos.
En esta ocasión el presidente Donald Trump fue víctima de los alcances del sector considerado más complicado de acaparar, los jóvenes. En su debut de campaña todo pintaba para que fuera un regreso triunfal, pero en esta ocasión fue todo lo contrario, las sillas vacías fue lo que más resaltó del evento en Tulsa, Oklahoma.
Para darnos una idea de la expectativa que se tenía, el equipo de Trump esperaba la arena de 19,000 personas abarrotadas, incluso instalaron un escenario y pantallas para 40,000 personas afuera del recinto. Debido a que supuestamente en internet se habían descargado más de un millón de entradas para el evento. Para la sorpresa de muchos, el evento registró poco más de 6,200 personas
¿Quieren saber qué pasó? Aparentemente los posibles responsables, apuntan a que los jóvenes se organizaron a través de redes sociales para boicotear el evento. Usuarios de Tik Tok aseguraron haber registrado cientos de miles de asistentes falsos para el evento, con la intención de generar localidades vacías. Con este pequeño ejemplo, nos podemos dar cuenta de la importancia y la diferencia que podemos llegar a ser los jóvenes en la sociedad.
En el caso de México, somos más del 30% de la población. Sin embargo, la Encuesta Mexicana de Juventud 2019 nos dice que más de la mitad de los jóvenes no les interesa involucrarse en los asuntos políticos de la sociedad. En general, prevalece la desconfianza a las instituciones, a los servidores públicos, partidos políticos y los sindicatos.
En términos electorales, el 54% de los jóvenes salen a votar, pero ¿en donde está el resto? ¿en donde está el involucramiento o la organización para alzar la voz y hacernos notar que somos el futuro.
Ejemplos sencillos como lo sucedido en Estados Unidos, nos dan una pequeña lección para entender que cuando se quiere, se puede. Hoy por hoy nada se regala; y si quieres un mejor futuro… ¡Luchemos por él!
