Por: Ricardo Gaviño
Para que una sociedad pueda gozar de un buen gobierno, en cierta medida es consecuencia del buen trabajo de la oposición. Y personalmente no pudiera estar más de acuerdo, ya que los grupos o las instituciones opositoras a los gobiernos, son quienes realmente generan el equilibrio en el poder. Cuando un gobierno es soberbio y avaricioso, una oposición puede considerarse como los verdaderos agentes generadores de cambio
Lamentablemente, hoy por hoy, vemos a nivel nacional una falta de construcción por parte de los partidos opositores. Algunos partidos pecan de omisión y otros, aún peor, se aprovechan de las circunstancias para crear división y crear psicosis en medio de una situación tan complicada, como la que estamos viviendo.
En este caso Tamaulipas, tiene su propia historia. Particularmente en el Congreso Local, en el que es reinado por el partido en el poder, y quienes pudieran generar un contrapeso, optan por la desorganización, ya sea por ego o por propia conveniencia. Permítanme les explico.
Hace algunas semanas, el gobierno del estado solicita al Congreso la autorización de casi cinco mil millones de pesos en crédito, con la supuesta justificación de poder contar con recursos para enfrentar los efectos que traerá la pandemia en el estado.
Y en ese sentido, hay tres cuestiones que me hacen mucho ruido. Primero, según la página de transparencia, Tamaulipas debe casi quince mil millones de pesos, de los cuales más de nueve mil millones han sido de la actual administración; y a lo mejor el estado está en posibilidades de aguantar ese monto, pero ¿pedir una tercera parte de lo que se debe extra? Segundo punto, la falta de información sobre el destino de este recurso, ya que hasta al día de hoy no tenemos información puntual, sigue estando muy generalizado. Por último, y creo que el más grave de todos, la poca organización de parte de los partidos opositores en el Congreso. En la sesión del miércoles 8 de abril, los tres diputados del PRI y los siete MORENA votaron en contra. Importante señalar que, de los diez diputados de MORENA, se ausentaron tres.
Sin embargo, para poder pausar la propuesta para analizar más a fondo el proyecto, eran necesarios los votos de los tres diputados que faltaron. Semanas después, el grupo de MORENA saca una controversia constitucional para frenar el préstamo, pero ahora resulta que los del PRI no la firmaron. Es decir, se culpan entre ellos.
Es ahí en donde realmente se está fallando en Tamaulipas. Cada quien debe de aceptar la responsabilidad que la ciudadanía les encomendó. El gobierno hace lo propio presentando los proyectos, pero la obligación de quienes no representan al partido en el poder, es el de analizarlos y cuestionarlos.
Creo que si realmente queremos vivir en una mejor sociedad, es necesario que cada quien acepte su rol dentro de ella. Así como exigirle a quienes no ejerzan el suyo.
