Por: Carmen Mungía Gallegos
Las mujeres queremos dejar de escuchar esas típicas y nefastas conversaciones suyas hablando de otras mujeres como si sólo se tratara de carne. Queremos que dejen de fingir que no se dan cuenta que el trabajo que realizamos en casa es extremadamente valioso y tremendamente agotador.
Queremos que dejen de insultarnos y llamarnos “putas” por disfrutar nuestra vida sexual de la misma forma en que lo hacen ustedes. Queremos, que todas y cada una de nosotras, podamos salir a la calle libremente, sin ser acosadas por ustedes. Queremos dejar de ser vendidas desde niñas.
Queremos que se enseñe desde temprana edad la igualdad de género en todos los rincones del país. Queremos que dejen de cosificarnos. Queremos dejar de tener que inventar nombres como el “sexting” para nuevas agresiones contra nosotras.
Queremos que se actúe con toda la seriedad y respeto que merecemos y que se nos garantice el derecho humano, fundamental, de poder vivir y no sólo eso, de vivir una vida libre de cualquier tipo de violencia y además, con igualdad de oportunidades. Queremos dejar de sentir miedo por nuestra vida, por la de nuestras madres, hermanas, amigas y cualquier otra mujer, por vivir en México.
Sabemos que esto no ha sido de un día para otro, que el machismo no es un monstruo que surgió ayer, que tiene tiempo creciendo y enraizándose hasta haberse vuelto un gigante. Queremos políticas públicas que ajusten tiempos pensados por y para hombres, en donde podamos ejercer nuestra maternidad y también, trabajar si así lo deseamos, siendo remuneradas por nuestro trabajo justamente.
Queremos que se haga justicia en todos los casos de víctimas que se han ido acumulando en el país, queremos que pare el sufrimiento de sus familiares. Queremos que los medios de comunicación dejen de publicar fotografías desvalorizando el cuerpo y la vida de niñas, adolescentes y mujeres víctimas de feminicidios. Queremos que los feminicidas estén tras las rejas lo antes posible.
Queremos que el estado mexicano reconozca la gravedad de esta situación y actúe en consecuencia, en apego a su responsabilidad constitucional e internacional.