*A tres semanas de los sismos las cosas no siguen igual… si no peor
*La ayuda económica humanitaria rebasa el billón de pesos… ¿Y? Está dormida
Por Luis Repper Jaramillo*
Pasada la emergencia, el rescate de personas vivas y fallecidas por los sismos del 7 y 19 de septiembre en la Ciudad de México, Morelos, Puebla, Oaxaca, Chiapas, Estado de México y por inundaciones en Guerrero, Veracruz, Tabasco, creeríamos que a 20 días de ambos sucesos la situación tomaría el cauce humanitario, oficial, legal y digno, esperado, pero ooh, desilusión, las cosas no sólo no han mejorado sino empeorado y la desesperación, enfado, ira, desesperación toma tintes alarmantes y los afectados no aguantan más; están dispuestos a adoptar otras medidas.
No alcanzo a discernir qué están esperando los gobiernos federal y el de la CDMX, si el trabajo “sucio” ya lo hizo la sociedad. De todas partes del mundo llegaron donaciones económicas en euros, dólares y pesos para atender la desgracia de los damnificados, recursos que se conocen a través de las redes sociales del orden de $1,085 664 448.30 (1 billón 85 millones 664 mil 448.30 pesos) cifra que aún el gobierno no oficializa, desconociéndose la razón.
Ante el ocultamiento u omisión por informarlo, surge la especulación, porque nadie del GF se atreve a notificar el monto de los donativos, que NO SON del gobierno o del erario público, sino de la bondad, la solidaridad, el amor por México y los afectados de ciudadanos, artistas, gobiernos, del Vaticanos, connacionales en el exterior, por lo que la CONFIANZA en la administración priista de Enrique Peña Nieto, no sólo no existe, sino atenta contra actos humanitarios y legales.
¿Qué están esperando ambos Gobiernos para actuar? A estas alturas de la tragedia, ya debería estar construyéndose, o en su caso reparándose, inmuebles en las zonas siniestradas, pero sólo vemos, escuchamos y leemos promesas, reuniones, un día sí y otro también, pero no se ve acción… ¡vamos, ni reacción! (su estilo de gobernar) de ambas instancias que siguen shockeadas, paralizadas, inactivas.
La verborrea burocrática prevalece, la “presencia” de funcionarios públicos en las zonas del desastre se ha convertido en un paseo sentimental, pues no se toman decisiones, que es lo que la gente demanda. Son testigos de que su casa o propiedad ya se derribó o está en proceso de reconstrucción, pero todo sigue igual que los días 7 y 19 de septiembre.
Las autoridades, como para minimizar el encono social, repartió en Chiapas y Oaxaca “tarjetas Bansefi” con recursos del Fonden, para iniciar la reconstrucción de viviendas caídas, pero la gente desconfía del plástico porque no cree que con el dinero de hule pueda solucionar en tu totalidad el costo de su nueva casa.
Y tiene razón, porque la mica sólo ampara la adquisición de materiales de construcción, no contempla recurso para el menaje, los acabados, el pago a albañiles, arquitecto, enseres menores, vestimenta, etc. lo que lleva a pensar que sólo es un paliativo, que no resolverá, ni devolverá el patrimonio perdido.
La gente está encabronada, así lo demostró y actuó en contra del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, del Jefe Delegacional en Xochimilco, el morenista, Avelino Méndez, incluso hubo connato de agresión a la Presidenta Municipal de Juchitán, Oaxaca, Gloria Sánchez López (PAN/PRD), por la pasividad, desinterés, burocracia excesiva y absoluta desconfianza para actuar de inmediato ante la evidente tragedia.
El rechazo popular a todo lo que prometa y haga la autoridad es resultado del estilo corrupto de gobernar, que a raíz de los sismos de septiembre evidenció los tranzas, los “entres”, los intereses económicos por encima de los humanos, del derecho y del respeto a los reglamentos, como el caso de la Escuela Primaria particular Enrique Rébsamen, en la Delegación Tlalpan, que luego de los peritajes, se descubrió omisión, “cochupos”, “entres” en su remodelación para levantar un departamento de lujo, con mármol incluido, en el 4º piso del inmueble, para la dueña del Colegio, Mónica García Villegas, que incluyó el derribo de una trabe de sustento, que al final provocó el derrumbe de la estructura, con el resultado fatal de 37 niños y 5 adultos fallecidos.
Y qué decir de los edificios nuevos caídos (algunos con apenas 3 o 5 años de antigüedad) que costaron más de 2 millones de pesos en Delegaciones Benito Juárez, Cuauhtémoc, Coyoacán, Gustavo A Madero, construidos con materiales de menor especificación que la presentada en los planos, en donde fueron evidentes las trampas y la corrupción de inmobiliarias, arquitectos, Directores Responsables de Obra (DRO), Jefes Delegacionales, Seduvi, INVEA, que cobraron demasiadas vidas humanas y la pérdida total del patrimonio familiar.
En la CDMX, Miguel Ángel Mancera, shockeado aún, no mueve un dedo, es pasivo, está esperando que el Gobierno Federal –Enrique Peña Nieto- le dé dinero, para empezar (3 semanas han pasado y sigue dormido en sus laureles) apenas a organizar la reconstrucción.
¿Y entonces Mancerita, para qué atesoras o inviertes el dinero de las fotomultas, las arañas, los parquímetros, los arrastres, derecho de piso en el corralón, las infracciones por estacionarse en dónde hay línea amarilla? los impuestos, los “entres” del comercio informal, de las cuotas de tianguistas y mercados sobre ruedas, etc.? Por si no lo sabes, “los bienes resuelven los males” y los colapsos de viviendas en tu Ciudad, son males que deben atenderse con dinero de tus recaudaciones o raterías y no esperar que “papá gobierno” te dé dinero.
Mancerita, haz pedido la magnífica oportunidad de “reivindicar” en “algo” tu fallido gobierno. La primera parte de la tragedia del 19 de septiembre no la resolviste Tú, fue la ciudadanía, incluso de otras entidades, quienes actuaron de inmediato removiendo escombros, rescatando vidas, aportando víveres, etc. mientras tú cómodamente fuiste un espectador pasivo desde tu C5, sólo “milando” como dicen los chinos.
¿Y qué resolviste desde ahí?, nada. Pues ni tus policías fueron capaces de evitar la rapiña, el robo, los asaltos, incluso el intento de secuestro de niños, fueron los propios damnificados quienes defendieron lo poco de su patrimonio que la naturaleza les quitó.
¿Y bueno? Porque no mueves los dineros de tus infelices multas y disposiciones en contra de los capitalinos y haces algo, por el amor de Dios, por la CDMX que desde hace casi 5 años viene padeciendo las ocurrencias de tu desafortunada llegada al Antiguo Edificio del Ayuntamiento.
Perdiste, en ese lapso, el enorme capital político que te llevó a la Jefatura de Gobierno, nada más, 72 por ciento de votos –que son confianza- de ciudadanos que creyeron en Ti y hoy están absolutamente decepcionados, hartos, burlados y desilusionados.
Volviendo a la cifra de los donativos internacionales, nacionales y locales, que supera Un billón 85 millones de pesos, dejen les digo, que ese recurso fue obsequiado para que los damnificados se construyan su casa. Pues bien en el escenario inmobiliario en los Estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Puebla, Morelos una vivienda nueva puede costar entre 400 y 600 mil pesos; en la Ciudad de México, el patrimonio perdido en condominios, edificios, casas en zonas de clase media, el departamento puede comprarse en el mismo lugar entre un millón y 2 millones de pesos, que con las aportaciones humanitarias devolvería la tranquilidad, paz interna y familiar a quienes lo perdieron todo.
Ese millonario presupuesto -que quede claro Peña Nieto, gobernadores, alcaldes y Jefe de Gobierno- es sólo para los damnificados, para recuperar sus viviendas, el menaje, sus enseres, su guardarropa y detalles. Que les quede bien claro.
Lo demás, los daños urbanos, como calles, instalaciones hidráulicas, drenajes, postes, inmuebles públicos como escuelas, mercados, hospitales, iglesias, etc. no entran en el concepto de ayuda humanitaria privada, esto tiene que subsanarlo la autoridad con el dinero de los impuestos. Incluso, haciendo una excepción constitucional por la emergencia, con parte de las Reservas Internacionales del país, que ascienden, al 29 de septiembre de 2017, a 173 mil 31 millones de dólares.
El dinero recibido por acciones humanitarias, es intocable por el gobierno de Enrique Peña Nieto, ¿por qué?, sencillo, no le tenemos confianza.
Los mexicanos no éramos así (se demostró al instante mismo de los sismos), pero “los palos nos hicieron desconfiados”, porque padecemos en los tres niveles de gobierno corrupción, impunidad, indiferencia, indolencia, intereses grupales y sobre todo incredulidad.
*Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT) y de Comunicadores por la Unidad (CxU)