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Calma de muchas tormentas

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¡QUE CONSTE,… LOS OLVIDADOS”

POR SÓCRATES A. CAMPOS LEMUS.

            “Se llama calma y me costó muchas tormentas”

         “Se llama calma y cuando desaparece… salgo otra vez a su búsqueda. Se llama calma y me enseña a respirar y pensar y repensar.

         Se llama calma y cuando la locura  la tienta se desatan vientos bravos que cuestan dominar.

         Se llama calma y llega con los años cuando la ambición de joven, la lengua suelta y la panza fría dan lugar a más silencios y más sabiduría.

         Se llama calma cuando se  aprende a bien amar, cuando el egoísmo da lugar al dar y el inconformismo se desvanece para abrir corazón y alma entregándose enteros a quien quiera recibir y dar.

         Se llama calma cuando la amistad es tan sincera que se caen todas las máscaras y todo se puede contar. Se llama calma y el mundo se evade, la ignora, inventando guerras y que nunca nadie va a ganar.

         Se llama calma cuando el silencio se disfruta, cuando los ruidos no son solo música y locura sino el viento, los pájaros, la (tu) buena compañía o el ruido del mar.

         Se llama calma y con nada se paga, no hay moneda de ningún color que pueda cubrir su valor cuando se hace realidad.

         Se llama calma y me costó muchas tormentas y las transitaría mil veces más hasta volverla a encontrar. Se llama calma, la disfruto, la respeto y no la quiero soltar”

Autor desconocido y enviada en un momento en que nuestro amigo sabe que se requiere y es valiosa reflexión… Se llama calma y la quiero encontrar.

         En los momentos de incertidumbre y confusión no hay mejor remedio que la calma y el silencio, el consejo y el mensaje de los amigos que sinceros saben lo que sucede y no andan tratando de hurgar en los interiores para chismear sino para sanar, y son callados, reflexivos, valientes, solidarios, se quedan viendo al final y ven la diferencia entre tormenta y calma y han sufrido también momentos difíciles donde uno no sabe bien a bien la razón de los sucesos y el origen de las perversidades y molestias y agresiones y sospechas y violencias, sin embargo, ahí están, son esos amigos sinceros que a lo mejor no gastan las palabras ni los tiempos en reuniones y platicas plagadas de rencores y frustraciones, como ya las conocen y las vivieron saben que lo ideal es encontrar la calma porque ha costado muchas tormentas de las que se ha sobrevivido y salido con bien, y ahí están para dar porque saben que ya se puede recibir y se podrá reflexionar y entrar en el silencio y en el pensar y repensar, y eso, es lo valioso de la amistad.

         En nuestra profesión no existe eso que dicen hay que se denomina “cuarto poder”, no hay poder ante la violencia ni la agresión o la intriga y la traición, por ello han caído muchos periodistas a los que ha ganado la pasión, la ambición o simplemente se llenaron de soberbia y perdieron el paso y no supieron retirarse a tiempo porque una cosa es comentar y denunciar y otra cosa es enfrentar a los que están listos y educados para asesinar o matar, y esto no quiere decir que se es cobarde sino que se es prudente y es así que los tiempos revueltos donde los intereses se convulsionan y salen los detritus y las cobardías y las complicidades, sociedades y corruptelas, llegan al límite y corresponde a las autoridades y a los dirigentes políticos encausar las acciones y llevar ante la justicia a los responsables de los saqueos y de las desgracias de todo un pueblo, y eso se llama, acción institucional, y es la obligación del que ejerce el poder y no del comunicador. Así tenemos un límite y buscamos la calma porque hemos sobrevivido a muchas tormentas y sabemos lo que es andar en mares agitados nadando entre tiburones y no delfines y esperando el gatillazo del que está educado para ello. Nosotros, tenemos la razón y la pluma, pero esas grandes fuentes de inspiración y de poder no paran las balas asesinas de los que ordenan y tienen los dineros para eliminar y callar a los que quieren, por eso, ahora, queremos calma porque hemos sufrido mucho en las tormentas, y los ciclones no tienen ni palabra ni dirección ni momentos ni cultura, ni emoción, ni valores, ni moral ni ética, solamente saben destruir lo que hay a su paso, y para eso están desarrollados y educados, así que desde hoy, les decimos: Queremos calma porque nos ha costado muchas tormentas y noches de insomnio y angustias y miedos y temores no por nosotros, sino por los que amamos y queremos, y decimos: hay tiempos para todo y son los tiempos de la retirada, y esto no quiere decir que dejamos de luchar por lo que creemos, repetimos, no es cobardía es precaución…

         Hoy, son tiempos tormentosos donde lo mejor es dejar las barcas y pensar y repensar esperando lo que se debe de hacer, no por nosotros que ya hemos realizado y dado lo mejor de nuestro ser y trabajo denunciando y aclarando, hoy toca a los que gozan de la fuerza institucional y saben investigar sobre esos temas y tienen los elementos y fuerza necesarias para consignar, investigar y castigar ya que ellos son los responsables de mantener el faro prendió en los tiempos de tormentas y ciclones ,y ahora, los que escribimos y hablamos y comentamos y solamente nos defendemos con la pluma y la verdad, sabemos que cuando entran los tiros y las grandes fieras se pelean, lo mejor es resguardarse y esperar… queremos calma ya que hemos vivido muchos ciclones y tormentas… y esperamos entiendan el mensaje de paz… y no de guerra…que nadie ganará.