Hay algunas cirugías que son menos notorias que otras pero cuyas consecuencias van más allá de la apariencia física. Alejandra Guzmán pagó muy caro el haberse sometido a una cirugía estética mal practicada por Valentina de Albornoz , quien le inyectó en los las nachas un polímero nocivo que provocó que le amputaran parte de la espalda y casi le quitaran una pierna, pues se le reventó una arteria.
19 operaciones quirúrgicas le costó remover los residuos de esa sustancia, un verdadero calvario al que se sometió por negligencia y por buscar ser eternamente bella, bella. Chale.
Joan Rivers
Cuando este icono de los espectáculos colgó los tenis, algunos auguraban que el programa Fashion Police llegaría a su fin, porque ella era su espina dorsal. Joan fue comediante, actriz, conductora y guionista, caracterizándose por sus señalamientos despiadados y su falta pelos en la lengua.
Pero si algo hacía Rivers con mucha inteligencia era burlarse de sí misma y de sus cirugías, llegando a acuñar frases como “tengo tanto plástico en el cuerpo que cuando muera van a donarlo a Tupperware”. También llegó a decir “la piel de mi cara se ha estirado más veces que las sábanas de un Holiday Inn”. Ésa es autocrítica.
Carmen Campuzano
Su vida ha sido una rueda de la fortuna. Pasó de ser una de las top models más reconocidas a los titulares de las revistas de chisme y morbo. Su nariz es actualmente toda una proeza de las cirugías estéticas, puesto que está hecha de una prótesis recubierta de piel.
Aunque Carmen afirma que esto se debió a una enfermedad llamada leptospirosis, muchos lo atribuyen a su adicción por el perico que tanto ha dado de qué hablar.
Hoy Carmen ve las cosas de forma mucho más positiva, se llama a sí misma la “Barbie Ensamble” y hasta ha sorprendido al mundo de la música al debutar como DJ. Esa Carmen es una loquilla.
Ya cuando la mismísma Campuzano te dice que tienes cara de memela es porque seguro no tienes el rostro más agraciado.
Michael Jackson
Una vida llena de logros, récords y hazañas musicales de repente se vio empañada por cambios radicales en su apariencia física. Se dice que se obsesionó con borrar de su rostro su herencia afroamericana y quedar totalmente blanco, aunque la versión oficial es que sufría de vitiligo, una enfermedad que destruye paulatinamente el pigmento de la piel.
Eso no explica las cirugías en el rostro, mismas que le valieron numerosas burlas en los medios como aquel episodio de South Park en el que se le cae la nariz.
Irma Serrano
La Tigresa (y no precisamente la del Oriente, sino de México) es otra prueba de que las repetidas consultas al cirujano a veces no son la mejor idea.
Su rostro duro empata perfectamente con su personalidad entrona que la llevó a ser amante de Díaz Ordaz, además de haber recibido nada menos que la cama de la Emperatriz Carlota por su labor de concubina.
Esta también lideresa política se ha visto enredada en escándalos como sus amoríos con el ‘Pato’ Zambrano y su supuesto embarazo pese a que ya era una señora de edad muy avanzada.
Lucía Méndez
Hubo un tiempo en que Lucía Leticia Méndez Pérez era la envidia de las chamacas por su rostro lozano y fresco. Era exitosa en sus telenovelas, a sus discos no les iba nada mal y el futuro pintaba bien.
Pero todo por servir se acaba y al querer aferrarse a su juventud, Lucía se hizo tantas cosas en la cara que llegaron a apodarla “cirugía Méndez”. Hoy figura más por sus escándalos como photoshopearse junto a famosos que por sus trabajos faranduleros