Los problemas científicos y tecnológicos siempre han requerido el procesamiento de grandes cantidades de datos, desde siglos pasados en los que esto se realizaba por cálculos manuales por parte de los científicos, hasta el uso de las reglas de cálculo y ahora las muy comunes computadoras.
Los inicios de las últimas estaban dirigidos hacia la resolución de problemas, motivo por el cual en la década de los años 50 en México, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se dieron a la tarea de conseguir que las computadoras llegaran a nuestro país para ayudar a la resolución de problemas matemáticos muy complejos que sin estos aparatos, tardarían mucho más tiempo en resolverse. Inicialmente la búsqueda de soluciones respecto a problemas de la mecánica de suelos de la Ciudad de México, fue lo que llamó la atención de los investigadores hacia estas maquinas.
El ingeniero Sergio Beltrán López, fue encargado de encontrar la computadora que se adquiriría para la UNAM y México. Para esto, el ingeniero viajó a la Universidad de California (UCLA) para aprender sobre las computadoras que la empresa IBM fabricaba, a lo que volvió convencido y decidido a que la universidad contara con este instrumento de investigación.
Para esto, los doctores Carlos Graeff Fernández y Alberto Barajas Celis, ambos profesores de la Facultad de Ciencias y grandes personalidades de la investigación en México y en la UNAM, apoyaron el proyecto para que la investigación científica creciera en el país.
Finalmente, el 8 de junio de 1958 se puso en operación la primera computadora en México, cuando la UNAM puso en operación la IBM-650 en el Centro de Cálculo Electrónico (CCE) en el sótano de la antigua Facultad de Ciencias de la UNAM.
La IBM-650 trabajaba con bulbos y era capaz de realizar mil 300 operaciones de suma y resta por segundo y funcionaba con tarjetas perforadas que contenían los datos que se buscaba analizar.
Los primeros problemas que la IBM-650 resolvió eran de astronomía, física, ingeniería química, y hasta antropología.Algunas décadas después, la UNAM adquirió computadoras más modernas y con distintos fines.