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Cuestión de Perspectiva

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Cuestión de Perspectiva

Cuestión de Perspectiva

Te voy a contar algo que me pasó ayer.

Estaba en mi home office terminando sesión con una paciente cuando sonó un golpe fuertísimo en lo que pensé que era mi sala. Asustada imaginando que algo le había pasado a mi perrita, fui corriendo (sólo le dije “dame un segundo” a mi paciente) y vi que no había pasado nada. Me asomé por la ventana y vi que había un carro sobre la banqueta y que había chocado mi carro y el de mi novio. Justo al asomarme vi que las dos personas que estaban en el carro que chocó estaban saliendo ilesas. No me lo vas a creer pero lo primero que pensé fue: ah, nada más fueron los carros.

De buenas que justo estaba terminando la sesión. Con toda la tranquilidad del mundo le avisé a mi vecino que me diera unos minutos y, serenamente, terminé la sesión con mi paciente. Bajé, marqué a los dos seguros, platiqué con la conductora (estaba en clases de manejo y no supo dar la vuelta en U, y hasta disfruté el rato con mis vecinos.

La conductora me dijo que no entendía por qué yo estaba tan tranquila, y le respondí que pues no tenía mucho qué hacer al respecto. Me sentía tranquila de tener un seguro de autos a quien llamar y que se encargara de todo, de saber que ninguna persona se había lastimado, incluso de que todo estuviera pasando sin discusiones. Claro que, te voy a ser honesta, me resulta fastidioso tener que quedarme sin carro el tiempo que esté en el taller, nada más la idea de manejar con el carro medio chueco al taller me pone de nervios, pero, en serio, pudo haber sido peor.

La conductora estaba súper apenada, pero dijo estar aprendiendo a, cuando supiera manejar, ser una conductora que no pelea cuando la choquen, y mis vecinos y yo compartimos la ventaja de estar teniendo para platicar, pues aunque todos estamos de home office, nunca nos damos el tiempo de conocernos realmente.

Con esto no te estoy diciendo que ignores lo malo que está frente a ti. Cuando estás frente a un problema es importante reconocer como te sientes: me enoja, me frustra, me entristece. Pero también, aprende a darle la vuelta: me enoja, pero agradezco la oportunidad de decir lo que pienso; me frustra, pero me da gusto que me está dando la oportunidad de aprender; me entristece, pero también alcanzo esto poquito que me da serenidad de toda la situación. Siempre es cuestión de perspectiva alcanzar a ver un lado amable en las cosas.

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Nos leemos pronto. Sé amable contigo en el proceso.

Liz

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