Grupo Metrópoli

3 museos presenta Derechos de Virtudes

Porque el bordado no sólo es una manifestación de virtuosismo, sino un medio para buscar la paz, durante el cierre de la exposición Dechados de virtudes: mujeres que cosen historias. Muestra de bordados antiguos desde el siglo XVIII al XX, se realizará una sesión de Bordamos por la Paz Nuevo León, el domingo 17 de enero de las 13:00 a las 17:00 horas en el Museo de Historia Mexicana.

Bordamos por la Paz Nuevo León es un colectivo que lleva el bordado a las plazas públicas con la finalidad de visibilizar a las víctimas de la violencia. Este movimiento lo inició en el Distrito Federal el colectivo Fuentes Rojas en 2011, un año después FUNDENL (Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos y Desaparecidas en el Estado de Nuevo León, A.C), se sumó a esta labor de concientización.

Para este grupo encabezado por Irma Leticia Hidalgo, bordar es un acto de amor, de recuerdo y memoria, pero también es un llamado a visibilizar, sensibilizar y concientizar sobre la tragedia humanitaria causada por la inseguridad.

Cada pañuelo bordado relata una historia de dolor a través del color de los hilos: rojo para los asesinatos, verde para las desapariciones, morado para los feminicidios y negro para los periodistas muertos o desaparecidos.

El trabajo de la agrupación se ha expuestos en lugares públicos como las plazas Zaragoza y de la Transparencia (conocida como la plaza de los desaparecidos), en escuelas, en otras ciudades como Guadalajara y Distrito Federal; y países como Francia, Bélgica, España, Chipre, Inglaterra, Japón y Estados Unidos.

La exposición, Dechados de virtudes: mujeres que cosen historias. Muestra de bordados antiguos desde el siglo XVIII al XX muestra con más de 72 piezas la maestría, creatividad, dedicación y belleza del trabajo realizado por las mujeres a lo largo de tres siglos y hasta el domingo 10 de enero de 2016 ha sido visitado por 43 mil 222 personas.

Los dechados son lienzos a manera de muestrario, para practicar diversas puntadas y técnicas del arte del bordado. Estos “catálogos” de costura sirvieron a sus dueñas como un ejercicio propiciatorio de las “virtudes femeninas” de trabajo y perfección.

Las piezas revelan los pormenores de la intimidad y cotidianeidad de las mujeres, vislumbran sus procesos creativos y discursos; y muestran la historia misma de los textiles.

Los dechados mexicanos más antiguos datan de 1784, son similares a sus contemporáneos españoles en composición y formato, sin embargo, los ibéricos se caracterizan por diseños geométricos de repetición por franjas o tareas, mientras que los mexicanos añaden motivos vegetales, animales y personajes trazados a partir del delineado de sus formas.

Desde el Virreinato de la Nueva España hasta inicios del siglo XX, las “labores de hilo y aguja” eran aprendidas y practicadas por las mujeres en colegios, conventos o en el hogar, el aprendizaje y ejercicio de estas tareas tuvo como protagonista a los dechados, convirtiéndolos en testigos de las tendencias en la educación femenina.

Los dechados también reflejaron los cambios globales del siglo XIX, en su composición aparecieron los símbolos nacionalistas -como figuras de inspiración indígena-, franceses e ingleses; frases sentimentales, números y abecedarios, algunos realizados en el ámbito escolar, que poseían el nombre de la autora, alumna o maestra y la fecha de terminación.

Dechados de virtudes: mujeres que cosen historias. Muestra de bordados antiguos desde el siglo XVIII al XX para más información llame al 2033 9898, consulte en www.3museos.com o en las redes sociales.

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