Home Opinión Columnistas Invitados La Opinión de María Ferraz

La Opinión de María Ferraz

0

Por: María Ferraz

Está claro que, en las elecciones francesas, el candidato favorito de Soros no es Marine Le Pen, ni tampoco del papa Francisco, sino que ambos comparten metas mundialistas, según lo desveló Wikileaks, ávidas de unir a todos los países y crear un mundo sin fronteras, apto para el desembarque del Nuevo Orden Mundial. 

Las directrices publicadas por los obispos franceses impregnadas por la ideología de Bergoglio, pro inmigración y pro-Unión Europea, parecen apoyar a Macron sin nombrarlo, políticas en clara oposición con las nacionalistas, anti-islamistas y anti-UE de Le Pen, la cual cargó contra los obispos por interferir en la intención de voto de los franceses.

Pero Bergoglio, ya trató de influir en favor de Hillary Clinton en las últimas elecciones de EEUU, cuando denunció que Trump no era cristiano, ya que no compartía su obsesión de afianzar una alianza peligrosa e imposible entre cristianos y musulmanes. 

Francisco, sin duda, a causa de una vocación frustrada de arquitecto, no sólo despliega el lema de crear puentes y derribar muros, sino que incluso, en la Jornada de la Juventud en Polonia llamó a los jóvenes a crear una nueva humanidad que repudie las fronteras. 

Adalid del ecumenismo, sincretismo y globalismo pragmáticos y viciados, quiere anular toda diferencia entre las religiones, comenzando por ningunear a la católica quitándole el privilegio de ser la única fundada por un Dios que murió en una Cruz para cimentar nuestra fe en su amor y su doctrina. 

Pero ni Soros, ni un Francisco promovido por la masonería eclesiástica, conocen el amor de Dios y empujan a toda una cristiandad hacia un humanitarismo de fundamento masónico que pretende crear una civilización donde Dios esté ausente con su Presencia rivalizante en el modo de crear un reino terreno. Reino donde unos manden sobre otros, pero no en calidad de servidores del bien común sino para explotarlos en su beneficio y llevar el infernal abismo a la tierra, guiados por directrices enemigas de la libertad humana y dirigidas a su autoaniquilación; que eso buscan los que gobiernan el mundo desde las sombras. 

Por eso, la masonería ha pedido en Francia el voto para Macron.